sábado, 7 de noviembre de 2009
En la Calle
Para descubrir el frio en los atisbos de soledad
no hace falta soñar tanto
intentando enterrarse para sobrevivir
ni esperar mucho,
en la calle se respira el síndrome de la tristeza
esta ciudad es un incendio permanente
donde todo es tragedia disfrazada de encanto
las casualidades, encierran falsedades
todos los humores que extinguen el amor
se respiran intoxicando
al punto de que no existen mas aves volando
ni ratas vagando
las nubes azules y las botas marcan el paso
tanta preciosa sangre derramada en vano
tantas lagrimas incidentes en los pañuelos sucios de los que jamás habían llorado,
es mi ejercito de alucinaciones quienes traen la catástrofe
de los rituales caníbales
somos bolsas con carne embalsamada
colgadas de edificios esperando aprender a volar y mirar el sol nuevamente
insectos copulando en su intento de sobrevivir
una tragedia mundana
aprendimos que la eternidad se termina con la palabra nacimiento
que silencio en los templos, congresos y parques
el mundo se encarcela para su sentencia final
ejecución por alto grado de traición
MUERETE…,
que mi ciudad cautiva a las masas
sin tu presencia es hermosa como ningún otra
con sus fantasmas y sus diablos
sus calaveras de día de muertos
las guitarras de sus mariachis y el tequila en las fiestas
las luces del zócalo,
¿que le pides tu al mundo?
si en la calle de esta ciudad el mundo circula
al ritmo de la respiración de su gente
construyendo el mundo
en la calle,
qué fácil es descubrir los cuentos hechos leyenda que alguna vez fueron verdad
tan solo basta levantar un puño de tierra para desenterrar
a los viejos dioses que convienen con los nuevos,
no existe el miedo
porque ya nada es ni nunca será
las batallas no darán empates
siempre ganaremos al final del día
en la cúspide de una marchita soledad
el desgastado cuerpo pide paz
en la calle la vida se disfruta con al contemplación de un epitafio.
jueves, 5 de noviembre de 2009
Ella escribio;
en cuánto cuesta extirpar el corazón...
en cuánto me darían por donarlo...
en cuánto...
Yo lo compraría, con el peso de mi sangre, lo cubriría con la capa de mi alma y lo tendría en don sublime en el pedestal de mis memorias, cuánto vale tu corazón, vale el mundo yo lo compraría, o moriría por el…
- Los corazones valen el universo, el mundo entero... y a veces pueden salvar a alguien mas
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