La tumba sin nombre
Te contare una pequeña historia de una niña muerta…
Era una ves una familia en día de muertos, una familia de seis personas, abuelos, padres, hijos, llegaron a medio día al panteón y cargaban con lo necesario para hace un pic-nic en el pequeño terreno de de lapidas, tumbas, cruces viejas de madera o metal oxidado. La Familia visitaba sus difuntos, ocho familiares seguidos en sus tumbas, adornados ya con papel y velas y flores de tantos colores como pudieran imaginar.
Habían comprado un pedazo de unos dos por cuatro metros "para el próximo" familiar que muriera, podría ser cualquiera, la abuela viuda, o la pequeña bebe de dos meses de edad , el padre, cualquiera, era una familia previsora, quien lo sabría?
Casi eran las cinco de la tarde y notaron cerca de la ultima tumba, la de la tía Beatriz, una tumba sin lapida, solo un montón de tierra y una cruz bastante maltratada que no dejaba ver el nombre de la persona, al ver esa tumba la familia sonrió y pensó; -hay qué ganar ese lugar, así tendríamos dos lugares, esa es una tumba abandonada, y a nadie le molestara que la tomemos, después de todo está junto a nuestro lote y podríamos decir es nuestra. Por casualidad del destino o una de esas coincidencias extrañas paso un joven repintando los nombres en las lapidas de las tumbas a cambio de dinero, fue contratado para poner un nombre cualquiera en "la tumba sin nombre" el joven coloco un nombre un tal "Juan de los Santos" arreglaron la cruz de esa tumba se veía como nueva .
El día trascurrió y la noche era iluminada por las velas encendidas en el panteón, la familia platicaba y bebía un poco, los niños jugaban entre las tumbas.
A la media noche caminaba un viejo, acercándose a la tumba usurpada era un familiar lejano, de esos del primo del abuelo, que apenas la gente joven reconoce, pero conocidos por los más viejos. Se acerco a la tumba y les dijo a sus familiares; -esta tumba esta incorrecta...- Aquí yace el cuerpo de Violeta la pequeña hija de nuestro abuelo tío, la familia ignorando el comentario, hizo que no escucho.
Pero Violeta enfurecida, y triste, triste por el abandonó, enfurecida por el descaro de la familia, se preguntaba si a ellos les hicieran lo mismo se ofenderían que escribieran "Juan de los Santos” sobre el diluido nombre de su lapida.
Violeta, que tenía ya un rato escuchando el balbuceo de la familia, no aguanto mucho más…Salió de su tumba con su muñeca en mano y borro ese dichoso nombre, saludo a su abuelo tío, y puso en un hermoso tono lila su nombre “Violeta” al terminar, en silenció y rápidamente regreso a dormir tranquila en su linda tumba.
Amanecía y los primeros rayos del sol iluminaban las tumbas, incluyendo la de la pequeña Violeta, alterada la familia le preguntaban al anciano; -De que se trataba esa broma, ¿quien era esa niña llena de tierra, y pálida como la luna que borró y escribió otro nombre en la lapida?, el viejo sólo les comento; -que los muertos nunca están muertos en realidad mueren cuando se les olvida- mientras ponía un par de flores y encendía una veladora sobre la tumba de la niña.