Cargado de hojas el jardín se espesa otra vez.
El sol y los árboles las admiran, perezosamente.
Coles y claveles, en hileras y canteros, gotean cansadamente
y allá lejos las colinas, como perros sedientos, agazapados, claman por agua.
Amor, quién murmura que todo está en orden
en esta tarde de verano, cuando nada se mueve, ni siquiera las moscas, extrañamente,
mientras descansamos en el césped, aquí debajo del peral, observando indolentes
inclinarse a las hojas, a las sombras sin duda alargarse.
Pero no siempre será verano -no para nosotros; vendrán malos tiempos
en los que tú y yo veremos con envida viejas fotografías,
recordando cómo estábamos, ahí al sol, mirando como dioses,
mientras los días de nuestras vidas, como un fruto, maduraban y se pudrían,
y cómo, junto al lago,
su superficie calma, un atardecer de agosto, caminando, reíamos
mientras el amor deslizaba sus brazos entre los nuestros y alegremente seguíamos
la senda que nos mostraba por el lecho del valle de la vida.
Habrá entonces mucho que recordar, cuando los días, como húmedas hojas del verano tardío,
no crujan bajo nuestros pasos ningún otro verano espere
al cabo de un nuevo año con delicadas ropas para vestirnos a nosotros cuya sutil belleza hace tiempo habrá languidecido;
y el brillante verdor de la Naturaleza remendará nuestros corazones con angustia
cada día en que agosto atraviese las ramas con luz del sol, cuando las hojas reciban
voluptuosamente las caricias del viento del sur
año tras año agonizante.
Y sin embargo la declinación de cada nueva estación, la deserción
de cada día, quiebra sólo nuestra esperanza y no nuestro valor, sano y salvo
en el profundo refugio de nuestra conciencia; los arbustos y los altos árboles
florecen y caen inconcientemente derrotados
en tanto el hombre, maduro por completo, cuyo orgullo lamentan los ángeles,
observa al amor apagándose algún lánguido atardecer, sin nadie alrededor,
que llega el invierno y no queda combustible, las luces no funcionan, el alquiler
no se ha renovado, y que el verano es unas sílabas apenas recordadas.
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